El 6º día llegué a Lunel y me instalé en un camping muy bonito, en el que había gran cantidad de trabajadores temporarios de la fruta, todos búlgaros. Necesitaba cargar el movil y recurrí a una autocaravana vecina, que gentilmente accedió a hacerlo y de paso me preguntó si yo viajaba en bici, lo que era obvio. Charlamos un rato del asunto y mientras yo cocinaba, veia que me relojeaban desde la ventana, así que salió otra vez el francés y me trajo una mesa, silla y mantel... siguen los ejemplos de buena voluntad
No hay comentarios:
Publicar un comentario