miércoles, 10 de julio de 2013

"Tachero" marroquí

Cruzando el zoco de Tetouan, desde una radio surgía la música de El Humahuaqueño. No pude evitar el parar y observar si se trataba de algún argentino perdido en Africa. Me resultaba curiosa esa música y otra vez pensé en lo pequeño que es el Mundo.

Dos días después, cuando muy temprano estaba saliendo de la ciudad, desde el vallado del Palacio Real, alguien me grita; “buen viaje, boludo”. Lo busqué entre los pocos madrugadores que trajinaban la plaza y vi a un hombrecito flaco que se acercaba mostrando una amplia sonrisa desdentada.
  - Salam ale kum. Le dije mientras nos estrechábamos la mano.
  - Buen día, me dijeron que sos argentino. Viví en Haedo y era tachero en Liniers. Respondió en argentino porteño. Tengo pasaporte argentino y me quiero volver, estoy juntando para el pasaje. Agregó con una mirada triste, como aceptando que la apuesta era muy grande.
  - Am sala. Ojala puedas hacerlo pronto – fue mi respuesta. Comencé a rodar como si un tango triste me marcara la marcha. Nada podía hacer para ayudarlo. Sin mirarlo levanté mi mano en un saludo.
  - Que tengas buen viaje. Nos vemos en Argentina, gritó mientras me alejaba


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