El viaje a los Balcanes no terminó el 6 de junio. Sigue y por lo que veo, así seguirá siendo.
Se multiplican las experiencias ligadas a él y aparecen como desde dentro de una matrioska.
Cada vez es más evidente para mi, la sincronicidad de la que hablaban Jung y Pauli.
Viajé a Argentina el pasado 22 y al llegar a Mendoza, mi hijo Pablo no pudo recibirme en el aeropuerto, por lo que fue Roberto quien lo hizo. Después del abrazo, me soltó el plan que tenía para los escasos días que estaría en la ciudad.
La noche del viernes, una entrevista radial y luego un recital del guitarrista Juan Falú con posterior cena.
El sábado cena en su casa con sus amigos y el lunes una salida a las montañas cercanas.
Esto último no pudo ser, ya que mi viaje continuó, buscando el abrazo de otras personas queridas, pero de las dos noches que cumplimos lo proyectado, me llevo el corazón rebosante y el alma con más brillo.
Marcos, el hijo menor de Roberto, conduce junto al "Pollo" Arroyo, un programa sobre viajes en la FM de la Universidad Nacional de Cuyo y allí fuimos el viernes 23 a las 21 horas y lo que iba a ser de unos pocos minutos, se extendió hasta el final del programa, una hora después. Hablamos de viajar y derribar barreras y prejuicios.
Salimos de la Universidad pasadas las diez de la noche y había que cruzar la ciudad para llegar al recital del Maestro Juan Falú, programado para las 21:30 en un agradable local llamado "Donde duerme la Luna", en Chacras de Coria...... nos salvó la impuntualidad mendocina (según mi anfitrión) y pudimos ubicarnos minutos antes de que comenzara.
Eramos poco menos de 150 personas las que abarrotábamos el salón y disfrutamos de la generosidad de este virtuoso de la guitarra, que no se negó a complacer los pedidos que el público le hacía.
Fui el último el solicitarle un tema y le indiqué que era pampeano.Se volcó en "Los ejes de mi carreta", de Yupanqui. Cuando solo quedábamos los que cenaríamos, me acerqué a agradecerle su deferencia y me comentó que hubiera querido hacer una milonga que compusiera recientemente, en homenaje a Tucho Rodríguez.
Fue una grata sorpresa saberlo, pues Tucho fue un entrañable amigo del que guardo inmejorables recuerdos. Me dijo Falú que más tarde lo haría para mí y así fue. Eran casi las 3 de la madrugada y nos estábamos marchando. Al verme fue en busca de su instrumento y cantó la milonga.
"Amigo Tucho Rodriguez" es el título y como imaginarán, nubes de recuerdos me cubrieron los ojos.
Luego recordamos las humoradas de Tucho y su inefable culto del canto pampeano y de la amistad.
Pueden escuchar la milonga aquí;
https://www.youtube.com/watch?v=cZW_RiccxOM&index=10&list=UUn9o55vG5aANBHdmmCzCzJQ
Como ven en la foto, Falú cantó prácticamente en exclusiva para mi. Eramos apenas unas diez personas en la sala. Fue mágico.
El sábado por la noche, Roberto citó en su casa a un grupo de sus amigos, para que los conociera y para charlar sobre nuestro viaje. Buenos vinos y comida apoyaron el encuentro. Claudia, la esposa de Roberto, Martín su hijo mayor y el citado Marcos. Faltaba Francisco, que reside en la ciudad de Rio Cuarto.
Como siempre ocurre, encontré nuevos viejos amigos. Esas personas de las que tenemos recuerdos, aunque no las conozcamos. Llegué pasadas las 21:30 y volví a casa de mi hijo, faltando diez minutos para las cinco de la mañana.
Patricia Giner, cuñada de Roberto, es una reconocida cantante en Mendoza y acompañada por un guitarrista uruguayo, nos brindó un mini recital. El lugar, la poca gente y el poder de emocionar que esta mujer posee, agregaron al encuentro un toque que lo hizo invaluable.
Luego llegué a Bariloche, donde disfruté de unas horas con mi nieto Agustín y mi amigo Hermes. Ahora escribo desde La Pampa, la tierra de Tucho Rodriguez, donde nadie conoce la obra de Juan Falú y me quedan dos días en Buenos Aires, antes de regresar a España.