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sábado, 30 de septiembre de 2017

Vacaciones en Portugal

Reiteramos nuestras vacaciones en este magnífico país. Ya lo recorrimos hace unos pocos años, principalmente por su costa atlántica y ahora nos inclinamos por su interior, menos turístico y por consiguiente, menos conocido. Elegimos, para comenzar, una visita a sus aldeas más emblemáticas, ubicadas en la región de Trás-os Montes y las Beiras. Todas ellas con castillos o sus restos y con núcleos habitados dentro de las murallas en muchos casos. Son pueblos de escasos habitantes y en los que la modernidad no ha llegado. Solo recorriendo sus callejuelas y charlando con sus pobladores el disfrute está asegurado. Viajamos con nuestra motor home, directo desde casa hasta la ciudad de Salamanca y desde allí nos restaban escasos 150 kms., hasta la frontera. Recorrimos durante unas breves horas el casco histórico de esta ciudad española, cuna de una de las más antiguas universidades europeas. En el norte de Argentina, existe la leyenda de "la Salamanca". Es una cueva, donde habita el Demonio ("Mandinga") y a la que se llegan los que entregando su alma, obtienen algún privilegio o don especial. Obviamente se asocia a la universidad española, ya que desde siempre, el conocimiento y su resultado, fueron cosa de Satán para los poderes clericales. Hace unos años, escuché una anécdota sobre Atahualpa Yupanqui, quien actuando en un boliche de los hermanos Díaz, en Santiago del Estero, observaba que el paisanaje que lo escuchaba tocar la guitarra, retrocedía, alejándose de él. Más tarde, los dueños del lugar, le explicaron que para los campesinos, el virtuosismo mostrado por Don Ata, solo podía ser posible en un "salamanquero", cosa que los llenó de miedo.   

 Una vista de la catedral de Salamanca

 En esta plaza, a la que da uno de los muros de la catedral, también se encuentran instalaciones de la Universidad de Salamanca.

Otro de nuestros paseos, pero ya en tierras portuguesas, nos llevó a la preciosa aldea de Trancoso. Con una población de 3500 habitantes, parte de los cuales residen dentro de las murallas construidas en el siglo XIII. Es un laberinto de callejuelas empedradas, que sirvió de refugio a los judíos españoles que huían de la Inquisición (hasta que Portugal se sumó a la persecución). Se pueden distinguir las casas judías por sus dos puertas. Una pequeña para la vivienda y otra mayor para la tienda o taller. Se ha puesto en valor turístico esta historia sobre los judíos y es mucho el turismo internacional de ese origen que visita la región. 
 Una de las callejuelas de Trancoso, donde las plantas de hortensia ponen la nota de color.
 Parte del castillo. También en la zona de extramuros existen tumbas visigóticas.
 Donde se supone que existió la sinagoga, en el barrio judío, se ha construido un moderno edificio, al que tuvimos la suerte de poder acceder, a pesar de encontrarse cerrado, por la amable actitud de una funcionaria de turismo, que trabaja en un edificio cercano.
 No tengo mucha información sobre las costumbres o ritos judíos, pero creo que no es habitual que las mujeres accedan a las zonas de culto, pero Eva y yo tuvimos la oportunidad de conocer las instalaciones e inclusive de que abrieran el tabernáculo (al fondo en la foto) y nos mostraran varios objetos. El techo del recinto, cuenta con doce ventanas cuadradas, que simbolizan las doce tribus de Israel.

Siguiendo con el tema de la población judía que ocupaba esta región de Portugal. Se estima que durante la ocupación musulmana, el 10% de la población era de religión judía. Al instalarse la Inquisición en la década de 1490, los judíos tuvieron que elegir entre la conversión, la expulsión o la muerte. Curiosamente, en la década de 1980, se desveló que en el pueblo de Belmonte, un grupo de familias había estado practicando secretamente rituales judíos, desde la Inquisición (durante más de quinientos años). Durante estos cinco siglos, la tradición se transmitió de madres a hijas, se concertaron los matrimonios y los viernes por la noche, las familias descendían a los sótanos a rezar y celebrar el Sabbath. A pesar de que desde su "aparición pública", la comunidad se ha reducido sensiblemente, por envejecimiento y emigración, viven en el pequeño pueblo de Belmonte, cincuenta y cuatro judíos.

 Centro de Interpretación de la cultura Judía de Belmonte.
 Sector de la antigua judería
 Exterior de la sinagoga, construida merced a la donación de un acaudalado judío marroquí. Es atendida por un rabino chileno, quien también se ocupa de faenar el ganado de acuerdo al rito cosher.
Interior de la sinagoga. Cuando llegamos, se estaba retirando un grupo de judíos de los EEUU y pudimos visitarla. El encargado de atender a los visitantes (hay que ubicarlo por teléfono), es descendiente de los judíos que habitan desde siglos este lugar. Su abuelo donó el terreno donde se construyó el templo. Desde luego, los nombres y apellidos que debieron adoptar durante la inquisición son portugueses.
Seguimos nuestro viaje por el Parque Nacional de la Sierra do Estrela, que será motivo de una futura entrada.

martes, 26 de septiembre de 2017

Quedada por Mireya y por Ibón

El pasado sábado, se realizó el encuentro anual, que en memoria de Mireya y por la enfermedad de Ibón se produce en Sabiñánigo. Esta vez, más de 300 ciclistas de toda España, repitieron este encuentro de amistad y solidaridad.
Una vez más se partió desde la la ciudad, para subir al Pirineo por el valle de Tena. En el pantano de Lanuza se instaló el avituallamiento y los grupos decidieron si subían a Formigal o tomaban la ruta de regreso en Sallent de Gállego.
Por la noche, una multitudinaria cena, con 250 participantes, permitió el reencuentro con entre amigos y como de costumbre, hubo obsequios para todos (TODOS) 

Esta es la foto "de familia", que se reitera también todos los años...

 Antes de la largada, Diego Ballesteros, Prades (profesional del ciclismo) y el infaltable "canario", con su vestimenta rosa. Tres grandes.




Jean y Víctor (padre de Ibon), dos queridos amigos


Diego Ballesteros e Ibón. Este niño padece una de las llamadas enfermedades raras. En este encuentro también se procura llamar la atención, para destinar mayores esfuerzos a desarrollar soluciones para quienes la sufren.


 En Lanuza, punto de avituallamiento, Teresa y David. Madre y hermano de la malograda Mireya. Motores incansables que posibilitan el encuentro. Seres admirables.
Diego Ballesteros a su llegada a Lanuza. Lo acompaña Guillermo, su joven entrenador.

Aquí de izquierda a derecha; Inaxio, "el canario" y Antxon. Lamento no recordar el nombre, de quien año a año, viaja desde las islas Canarias hasta el Pirineo para acompañar en la Quedada. Este particular y simpático amigo, no cambia de plato en todo el recorrido (usa el grande) y hace su propia ruta. Los vascos le obsequiaron esta txapela (boina), que luce con orgullo. Inaxio y Antxon no estaban en condiciones de hacer el trayecto en bici, pero igual se llegaron a acompañar y me sumé a la huelga de bici, así que juntos, nos movimos en coche. 

Cada vez son más las chicas que participan en la Quedada de Mireya y esta foto las reúne a su llegada a Sabiñánigo.


Aquí estamos, Aitor, Antxón, Diego, Inaxio y yo, antes del ritual encuentro anual, en el que damos cuenta de un plato de huevos fritos con jamón, chorizo o longaniza.... ¡ esto es vida!
Hasta el próximo año y esperamos ser más.