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viernes, 15 de junio de 2018

La señorita Orleana

En los siete años que transcurrieron, mientras recorría la escuela primaria, hubo uno, que guardo como un tesoro. 

Ese año me proveyó de elementos que conformaron, entre otras cosas,  mi actitud ante la vida. 

Fue mi maestra durante 1958, el año que la perrita Laika circunvaló la Tierra, Orleana Pazcuzzi  vda. de Cortés. Así firmaba, la que para nosotros era simplemente; la señorita Orleana. Fueron los años más fértiles y donde más aprendí. Los que me dieron alas para volar mis viajes. 

Me gustaría hacer una obra de teatro, le dije a Orleana. Siguiendo mis "instrucciones", fuimos juntos a una de las radios más famosas de Argentina, y pedimos el libreto en el programa "Juancho y sus niños actores". La representamos en unas fiestas patrias.

Me gustaría hacer un periódico escolar. Orleana me acompañó y le puso nombre: Inquietud se llamó la hoja que yo dirigía y que mensualmente tiraba tres ejemplares, escritos a mano por las compañeritas de mejor caligrafía. En él, contabamos temas de nuestra escuela y los reportajes que yo realizaba a directores y maestros. Obtuvimos mención especial, en un concursos de periódicos escolares, organizado por la Asociación Inter Americana de Prensa.

Cuando me ausenté largos días del aula, victima del sarapión, Orleana vino a casa a verme y dejó como regalo en mis manos un libro, Naves, oro, sueños.

Todavía está conmigo. Orleana digo, no el libro.

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