La segunda jornada, se complicó al inicio, ya que la salida del pueblo no estaba clara para mi y perdí tiempo orientándome. Luego rodé por un camino de ripio hasta la localidad de Martes, donde decidí continuar por asfalto, mediante la carretera Nacional 240. A pesar de los largos ascensos que presenta este trayecto, llegué a Monreal a las 15:30, totalizando 76 kms en la etapa. Durante la mañana, deje atrás la provincia de Huesca, en Aragón e ingresé a Navarra, cuna de mi abuelo Juan. Esta comunidad tiene como lenguas oficiales el castellano y el euskera.
Monumento de Loiti
Mikel y yo en nuestra llegada a Santiago
En la cuarta jornada, terminé de recorrer el Camino Aragonés y me incorporé a la traza del Camino Francés, el más transitado. En unas dos horas llegué a Puente La Reina (Navarra) donde me uní a los peregrinos que bajaban de Roncesvalles y fue notable el incremento de viajeros, tanto a pie como en bicicletas.
Unos 10 kms., antes de Los Arcos, corté la cadena y no logré repararla de manera correcta. En Los Arcos, gracias a la amabilidad de Ricardo, de la Oficina de Turismo, pude encontrar en Ramón, un mecánico de automóviles, el auxilio que me permitiera llegar hasta Logroño, donde pude encontrar un taller de bicicletas y resolver todo de la mejor manera. Para esto busqué el camino con menores desniveles, pero más largo y en una calurosa jornada, totalicé 100 kms de pedaleo. Quiero destacar la profesionalidad y calidad humana de la gente de CICLO SPORT, en Logroño....unos campeones.
Fue una recuperación de mi hidratación, gracias a cervezas y tapas en la calle del Laurel, mítico lugar de esta pequeña y hermosa ciudad. Aquí coincidí en el albergue con Pedro, a quien había encontrado en la ruta, al igual que Mikel y Hodei....y empezó a nacer el GRUPO.
La historia sigue en unos días......gracias por estar ahí.