Los meses previos, en los que preparé todo el equipo, elegí las rutas posibles, pensé en la forma de alimentarme, busqué información de otros viajeros en Internet, charlé con cuanto cicloturista encontré en las carreteras, hice salidas con distintas cargas, probé antenas y soñé con el viaje, también fueron EL VIAJE.
Estoy satisfecho y orgulloso de una sola cosa: haber tomado la desición de hacer EL VIAJE
Lo mejor, LA GENTE.... la gente común, es extraordinaria y básicamente buena. La solidaridad es común en el ser humano y la aparente barrera del idioma, pasa a ser una ventaja ya que la comunicación es limpia, sin especulaciones, es desde los ojos y el corazón.
La familia, los amigos, los colegas radioaficionados, los desconocidos ... todos en algún momento hicieron suyo EL VIAJE y junto a esa compañia invisible, también la soledad del pedaleo bajo la lluvia, o con Sol radiante, las noches de lluvia en la carpa, fue de gozo y disfrute.
Creo que mi peor día fue el del robo del carro y eso me duró hasta la mañana siguiente, cuando después de rodar varios kilómetros con la cabeza ocupada en pensamientos negativos, que solo tenían que ver con el robo y su costo económico, empecé a gritar ESTOY VIVO... ESTOY VIVO y a sentir los musculos de las piernas dandolé al pedal, el aire en la cara y eso.... LA VIDA, de la que no hay que desperdiciar ni un solo momento en mezquindades ni tonteras.
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