Vistas de página en total

miércoles, 15 de enero de 2014

Karate

Ayer, limpiando cajones y tirando cosas que se van acumulando y no tienen ningún sentido, encontré viejas fotos de mis años en el karate. Son unas pocas de las muchas que quedaron en Argentina.

Aproximadamente en 1964, me inicié en el yudo y por comentarios del profesor, supe de la existencia de un arte marcial llamado karate. Los comentarios y "demostraciones" que nos hizo el Sensei de yudo, me empujaron a inscribirme en los cursos que dictaba en Buenos Aires Hideo Tsuchiya, 5º Dan. El Instituto Argentino de Yudo fue el lugar donde tres veces por semana, junto a decenas de compañeros, me fui adentrando en esta disciplina. 
Un participante famoso era el escritor Dalmiro Saenz, que ayudó mucho a la difusión del karate, publicando varios artículos en la revista Adán, destinada al público masculino.
De ese grupo de compañeros guardo un especial recuerdo para con Ricardo Kawakami, un "nisei" (hijo de japoneses) de mi misma edad, con quien obtuvimos juntos el primer cinturón. (amarillo).


En 1966 fui incorporado al Ejército a cumplir con el servicio militar obligatorio y debí dejar las prácticas. Al terminar ese año de "alpedismo" (para los no argentinos; estar al pedo - sin hacer nada), un  conocido me comentó de la llegada de un okinawense procedente de Brasil, que estaba enseñando en el club Huracan, en Parque de los Patricios. 
Se trataba de Satoshi Takemura, un hombre muy callado y hasta tímido con un sorprendente conocimiento técnico del karate. 

El origen de esta forma de combate está en el archipiélago de Okinawa, que por su proximidad mantenía un fluido comercio e intercambio con China, de la que adoptó en kung fu (kempo en japonés) y lo adaptó y modificó, sumándole algunos elementos de una forma de pugilato existente en las islas (Okinawa-te). La palabra karate significa mano vacía (kara = vacío / te = mano). 
Los hombres de los puertos y zonas costeras, de una complexión física más robusta, implementaron técnicas de defensa con presas o agarres y de movimientos más lentos (goyuryu) y los del interior, ligeros de peso y con menor masa, suplían esto empleando mayor velocidad (shorinryu - shorin es el modo japonés de Shaolín).

Volvemos al Maestro Takemura. Nacido en cercanías de Naha, había aprendido el sistema Goyu-ryu y emigrado a Brasil se incorporó al Doyo del Maestro Yoshihide Sinzato de la escuela Shorin-ryu e incorporó este nuevo estilo a sus conocimientos. 
El hecho de haber sido durante dos meses su único alumno, me permitió mantener una relación más fluida, incluyendo a su familia. En 1967 (si no me falla la memoria), contacté con las autoridades del Club Unidos de Pompeya y logramos la cesión de un salón de amplias dimensiones y que la institución se hiciera cargo de la construcción de un tatami (suelo o piso especial). Esto, incluido a la difusión que se hizo de la escuela, provocó un crecimiento importante, llegando a contarse unos cincuenta practicantes en cada clase.

Los dos primeros cinturones negros graduados en la escuela, que adoptó el nombre de Butoku Kan, fuimos Susumu Higa un entrañable amigo fallecido tempranamente y yo. Esto debe haber sucedido en 1973 y aproximadamente en 1976 alcancé el 2º Dan. Ya me había radicado en la provincia de La Pampa y dictaba clases en el Club Estudiantes de esa ciudad.
Junto a Susumu y otro compañero, también okinawense, planeamos hacer un viaje a Japón para tomar clases en el doyo del Maestro Katsuya Miyahira. Esto fue en 1976, cuando un golpe militar derrocó a la presidenta Isabel Perón, provocando un descalabro en la economía, que disparó el precio del dólar. Mis amigos japoneses se echaron atrás y emprendí el viaje solo. 
Es una de las experiencias que recuerdo agradecido. Viví en una pensión (ryokan) en el barrio de Tsuboya, en la ciudad de Naha, capital de Okinawa durante más de dos meses, tomando clases de uno de los más importantes Maestros contemporáneos; Katsuya Miyahira, quien falleció en 2010 a muy avanzada edad, ostentando el máximo grado de karate, 10º Dan.
Era un ser humano de gran humildad y preocupado por los problemas que mi vida en un medio tan extraño a mi cultura pudieran provocar. Me consiguió el alojamiento, me acompañó a comprar mi karategui y gracias a su compañía, en la tienda de deportes me obsequiaron un hermoso cinturón negro. 
La noche que me presenté en su casa, me recibió junto a su esposa y Seikichi Iha, su ayudante. Luego de las presentaciones y la entrega de las cartas de recomendación que yo llevaba, pregunté cual iba a ser el costo de mis clases, lo que le provocó una reacción negativa inesperada. Seikichi, apoyó su mano en mi hombro, indicándome silencio y creo (o imagino), explicó mejor mi pregunta. Miyahira tomó papel y lápiz y escribió; 300 yenes, una suma irrisoria o simbólica.

Los sábados por la tarde, Miyahira me daba clases en solitario durante un par de horas y faltando poco tiempo para mi partida, escribió mi nombre en la pizarra y "2º Dan", que era mi grado, luego tachó el y escribió ... Fue para mi, algo absolutamente impensado y mi ego tuvo que dormir con medio cuerpo afuera porque no entraba entero...

En muchas de las artes marciales japonesas se observa la palabra DO; yudo, aikido, kendo y también karate-do. Esta partícula DO significa camino. El ideograma YU significa "vencer cediendo", AIKI, energía del espíritu, KEN, espada y ya dijimos que karate se traduce como mano vacía, por lo tanto, en nuestro caso se trata del "camino de la mano vacía". Este camino aparece cuando la práctica de la disciplina cambia el objetivo externo a vencer y se convierte en herramienta de superación personal. El enemigo está dentro nuestro. 

Después de este viaje y la experiencia que supuso, me interesé por las cuestiones internas o si se quiere filosóficas del karate y fui abandonando paulatinamente la práctica y la enseñanza.
No obstante, de tanto en tanto trato de recordar algún kata (forma) y me invade el deseo de volver a pisar un tatami... 
El viajero que hoy rueda en bicicleta, es el resultado de múltiples experiencias y circunstancias y cree que la meta es el camino.
Otra pieza para entender este "rompecabezas"
Esta foto fue tomada en el Club Atlético Huracán y puede ser del año 1967 0 1968. Estoy junto al Maestro Satoshi Takemura, en ese momento 4º Dan. Actualmente se encuentra radicado nuevamente en Japón.
A finales de 1977 visitó Argentina el responsable de la Escuela en Sudamérica. La Asociación Okinawense de Argentina y las escuelas de karate, realizaron una maratónica exhibición, con la participación de más de un centenar de karatekas. Esta foto fue tomada en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza. De izq. a derecha; Susumu Higa 2º Dan, el visitante Yoshihide Shinzato, 8º dan, Satoshi Takemura 5º Dan y Raúl Suárez 3º Dan.

El 22 de enero de 1977, durante mi estadía en Japón, se efectuó una cena de la Asociación Shorin-ryu Kobayashi Shidokan. En la 1º fila de izquierda a derecha; Yoshio Okawa,6º Dan, desconozco el nombre del siguiente, Kasei Shimabukuru, 7º Dan, el cuarto era un invitado especial pero no karateka, Katsuya Miyahira 9º Dan, Takeshi Miyagui 7º Dan, Raúl Sárez 3º Dan y Seikichi Iha 6º Dan. Las graduaciones corresponden a esa fecha.



10 comentarios:

  1. Así que esa era la historia de tu paso por el Club Estudiantes. Si Internet hubiese existido en esa época, con la posibilidad de difundir información tan fácilmente, quizás tu estilo de Karate hubiese subsistido. Pero en esa época, en el "pueblo chico" de Santa Rosa, con su quota de estereotipos, lo que se consideraba Karate "real" (simplemente porque era lo único que la gente conocía, o lo que más publicidad tenía) era el Karate Shotokan, en el Estadio Municipal.

    Los comentarios generales eran que había un grupito en el Club Estudiantes, que hacían algo que ellos llamaban Karate, pero que no tenía demasiada técnica, y que no era "verdadero" Karate. Como decía, la desinformación era grande, y los practicantes del estilo Shotokan tenían mucho apoyo oficial.

    Me acuerdo que "Nunchaku" Bustamante, que luego trabajara en el Banco Pampa, y luego se dedicara a dar clases de yoga, estaba relacionado con el grupo de Karate del Club Estudiantes. Fue compañero/colega/alumno tuyo?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bustamante fue quien continuó con la escuela cuando me retiré en 1979. Luego todo desapareció y hoy Julian se dedica al yoga

      Eliminar
  2. Estas historias y lo que encierran me gustaría escucharlas en un paseo en bici, sin prisas ni agobios.. gracias Raúl

    Josantero Milán Abla (en facebook)

    ResponderEliminar
  3. El segundo de la primera fila es Takara Meiyu Sensei, ahora 9no Dan.

    https://www.youtube.com/watch?v=m4RxBir_Fq4

    ResponderEliminar
  4. QUERIDO, NOOO QUERIDISIMO RAULITO, LA MARAVILLA DE INTERNET HIZO QUE DESCUBRIERA DETRÁS DE UNA BARBA BLANCA AQUELLA SONRISA ABIERTA Y FRANCA DE MI ÍDOLO DE LA ADOLESCENCIA, QUIEN ME REGALO MI PRIMER LIBRO DE POEMAS DE DON ARMANDO TEJADA GOMEZ ABRIENDO MI ÚNICA NEURONA PARA LOS TIEMPOS.
    SIEMPRE ESTAN VOS, EVA , KARINA, DOÑA JUANITA , DON RAUL , CARLITOS Y CARMENCITA ENTRE NUESTROS AFECTOS, UN GRANDISIMO ABRAZO CAMPEÓN, MIENTRAS ESCRIBO ME PARECE ESCUCHAR TUS PIÑAZOS CONTRA LA MADERA FORRADA CON HILO SIZAL DEL PATIO DE TU CASA.RUBEN ARCOLIA labanca25@gmail.com

    ResponderEliminar
  5. Gracias por tantos! Recuerdos,
    Para mí una experiencia inolvidable!!!!! Gracias (década del 70!! Estudiaba en el plumerrillo)

    ResponderEliminar
  6. Buenas noches un placer enorme, escuchar la gran historia del Maestro Sathoshi Takemura...quien fue el mismo que graduó 1°Dan a mi Padre CLEMENTINO FERREYRA...que falleció hace un año con la graduación de 9° Dan..tengo en mi poder el diploma de su primer graduación como cinturón Negro..firmada por el Maestro Takemura..mi padre lo recordó siempre como un Maestro con mucha humildad...y así continuo la vida mi padre ,con los valores que aprendió del Maestro y la filosofía oriental...Gracias por esta publicación..dado que me recuerda a las historias que me contaba mi padre..Un Abrazo Gigante Maestro...OSS

    ResponderEliminar
  7. Hola Ale... fui compañero de tu padre y tengo algunas fotos con él. Ingresó a la escuela cuando ya estábamos en Unidos de Pompeya. De esa época recuerdo también a Rubén Falcone, con quien mantengo contacto y se encuentra activo en Buenos Aires. Trataré de encontrar las fotos y si me pasas un Email, te las escaneo y envío. Un saludo

    ResponderEliminar
  8. Recien leo la nota querido Juan soy alumno de toda la vida del Sensei Ricardo Kawakami que bieno recordar esa epoca dorada del Karate

    ResponderEliminar