Por la lluvia tuve que esperar un día más en la localidad de Los Telares. Los 47 kms que me separan de Sumampa tienen 41 de ellos sin asfaltar y el primer kilómetro es de tierra que con la lluvia se transforma en intransitable. A las 7:10 estaba en el cruce y rodé por el asfalto feliz de encarar la era la última etapa de este viaje. Un vehículo que volvía de controlar el estado de la ruta, me dio algunos datos que aliviaron el esfuerzo.
Tres vehículos estaban empantanados desde el día anterior y el barro era una masa que se pegaba y aumentaba con más barro su espesor. Traté de que no se ensuciara la cadena ni los frenos y haciendo tramos con la bici sobre tierra firme y yo en el fango. También saque las alforjas y las trasladé unos metros adelante para volver por la bici y montar otra vez todo... y repetir el operativo pocos metros más adelante. Finalmente alcancé la ruta de arena y ripio. Salva Rodriguez se me aparecía a cada instante y recordaba los relatos de sus recorridos por África y Asia... tenía hechos 2950 kms de asfalto y estos últimos eran los peores... pero también encerraban en la dificultad un final de aventura que potenciaba el entusiasmo (debo ser masoquista...) En los tramos de arena las ruedas se enterraban y había que hacer equilibrio para no ir al suelo, los charcos en algunos sitios cubrían la ruta y la profundidad se conocía al cruzarlos... Natividad sentía ya muy cerca su tierra y pedaleaba con fuerza y la emoción le bañaba la mirada. En un pueblo llamado Ramirez de Velazco hicimos un alto para comer algo y sufrimos otra vez del "serrucho", hasta que apareció en el horizonte una gigantesca torre de comunicaciones... eso tenía que ser Sumampa y a las 13:40 pisamos el asfalto y llegamos a la meta. 2962 kilómetros desde Montevideo. Lluvia, calor, gentes diversas, vivencias múltiples donde la risa, las lágrimas, el placer y los calambres se buscaban su espacio a codazos. El hombre es lo que piensa y si piensa que puede, podrá.
Este hombre estaba desde hacía 17 horas empantanado. La obra de asfaltado se licitó y pagó... y se perdió. Es inentendible la ineficiencia, chatura y desvergüenza de la clase política. Al ministro de obras públicas de Santiago del Estero habría que hacerle un encefalograma.... y a la gobernadora también.
Ahora a rodar en la arena.....
En el medio del agua unos 35 cms.... pero Sumampa pedía pedal.
LLEGAMOS.... Natividad sacó la foto
Hermosa plaza con palos borrachos, primos hermanos de los baobas africanos
Muy cerca de Sumampa Viejo existió la Reducción Abipones de la Purísima Concepción, lugar nata del abuelo Natividad de Jesús
Poco queda de los pobladores originarios, aunque su sangre perdura en los rasgos de los criollos
Esta imagen de la Virgen de Sumampa es del 1650 y está realizada en barro.
Descansando a la sombra de la iglesia y sin alterarse mucho por la presencia de los pocos turistas...
Kzatá me habló con la lluvia y el Sol. Nowet me mostró la arcilla de la que estoy hecho y los dos me confirmaron que NO HAY TIEMPO EN EL QUE YO NO HAYA EXISTIDO.
Vengo de los padres, que de los padres de mis padres fueron y seguiré vivo en los hijos, que de los hijos de mis hijos vengan. Natividad volvió en mi sangre a Sumampa y recuperó su verdadero nombre; Alaykín.
Kzatá, dios del aire y el cielo. Nowet, dios de la tierra.
Alaykín; bravo cacique abipón que defendió la libertad de su pueblo y su tierra.
Mauricio Villaroel, es un museologo e historiador de Sumampa que me atendió deferentemente, respondiendo mis preguntas y aportándome más datos sobre el pueblo abipón, su historia, costumbres y creencias.
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