Carlos y Gudrum Lenkersdorf habían nacido en Alemania.
En el año 1973, estos ilustres profesores llegaron a México. Y entraron al mundo maya, a una comunidad tojolabal, y se presentaron diciendo:
- Venimos a aprender.
Los indigenas callaron.
Al rato, alguno explicó el silencio:
- Es la primera vez que alguien nos dice eso.
Y aprendiendo se quedaro allí, Gudrum y Carlos, durante años de años.
De la lengua maya aprendieron que no hay jerarquía que separe al sujeto del objeto, porque yo bebo el agua que me bebe y soy mirado por todo lo que miro, y aprendieron a saludar así:
- Yo soy otro tú.
- Tu eres otro yo.
Eduardo Galeano
Los hijos de los días
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