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lunes, 6 de febrero de 2017

Uruguay - El viaje, según Santiago

CANCIÓN FINAL Y RETIRADA

Dicen que los vieron pasar.
Eran unos locos que, al igual que dos niños,
pedaleaban en el patio de este pedazo del mundo,
en un triciclo cargado de experiencias,
recorriendo baldosas ya conocidas,
y en una tímida bicicleta de jinete novato
al que recién le sacaron las rueditas.
Se comenta que los vieron pedalear,
zigzagueando entre recuerdos, divagando entre ideas,
entre pensamientos pasajeros.
Los vieron mirar, embobados,
el lila del sol asomando en el mar.
La espuma de una ola.
El vuelo torpe de una mariposa.
Los vieron respirar el olor a eucalipto,
el aroma a tierra mojada, a brisa de sal.
Los vieron pasar, hipnotizados,
por el sonido de pájaros y grillos,
contemplando sus sombras en el gris del camino.
Dicen que sintieron con ellos el sol quemando la espalda.
Dicen que se dijeron palabras de aliento,
en las subidas empinadas,
en las rachas de viento.
Dicen que vieron sus caras de esfuerzo,
vieron caer las gotas de sudor.,
escucharon el latido agitado,
y el grito aliviado de una bajada fugaz.
Los vieron ensimismados y pensativos,
a velocidad de una bicicleta.
Mañanas de reflexiones silenciosas,
escribiendo poesía, o dibujando siluetas.-
Los vieron reír a carcajadas.
Los escucharon conversar sin apuros, sin vergüenzas,
sobre amores perdidos, sobre mujeres y miedos
 sobre la vida, la muerte,
 y la danza de los maestros.
Dicen que los vieron llorar en silencio,
recordando personas y recordando momentos.
Que brindaron con ellos y tragaron sedientos
la cerveza helada que valía de premio.
Los vieron compartir hambrientos
el pedazo de pan y la marmita de arroz.
Dicen que los vieron refugiarse bajo un toldo
de las inclemencias del tiempo, de los baldazos del cielo.
Que los vieron mendigar agua y sombra.
Comentan que los vieron sorprendidos,
por las casualidades del mundo,
por los encuentros mágicos que el destino tiene escondidos.
Dicen que no se vieron,
pero supieron que minutos después de aquel abrazo,
ambos, se quedaron masticando el sabor amargo de la despedida,
el gusto nostálgico del final,
la melancolía del sueño cumplido.
Que se sintieron felices y satisfechos,
que renovaron su ilusión,
reacomodaron la carga
y tomaron nuevamente envión.

Dicen que vieron a dos locos pedaleando, como niños
por el patio de este pedazo del mundo.

Dicen que sí, que efectivamente los vieron: allí estaban Raulito y Cartucho, mágicamente sincronizados,
BAILANDO LA VIDA, AL RITMO ALEGRE DEL CARNAVAL.

            Santiago Suárez Alonso, Buenos Aires, 31 de enero de 2017

4 comentarios:

  1. Orgullo. Felicitaciones a los dos. Que bella foto mirar al costado y saber que tu compañero de ruta es tu abuelo o tu nieto. Los admiro. Y otra vez orgullo

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  2. Emocionantes palabras, plenas de amor y respeto. Admirable ejemplo.Conociendo al abuelo a traves de tantos años(muchos), no me sorprende la capacidad y elocuencia del nieto.FELICITACIONES.!!!!!!!!!!!

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  3. que hermoso !!! un viaje resumido en versos, un viaje que cada vez que sea recordado volvera a pintar esas caras de felicidad !! buena vida !!! abrazo gigante ! nacho !!

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