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jueves, 27 de febrero de 2014

De nuevo Argentina

El sábado muy temprano salí de Asunción. Con una temperatura agradable en dos horas llego a la frontera. Ya estoy en las tierras que habitaron y habitan los aborígenes a los que pertenecía la etnia de mi abuelo Natividad. Todo lo que queda del viaje será por territorio de los Guaycurúes. Allá vamos Sumampa... 

 Después de cruzar el puente sobre el río Pilcomayo, pequeño comparado con los anteriores brazos de agua del Uruguay, Paraná o Paraguay, giro a mi derecha para transitar la nueva ruta 86, una interminable recta que corta el monte de la provincia de Formosa. Mi primer contacto con un compatriota que no usa uniforme es negativo, me niega el baño aduciendo que no lo posee el flamante edificio donde apoyado en un mostrador toma "tereré", el popular mate de agua fría. Hago unos pocos kilómetros y un puesto de Gendarmería, la policía de fronteras ocupa la ruta. Me dirijo al fornido gendarme y reitero mi pedido de un baño, pero como respuesta me pide que me identifique. Debe ver muchas películas de guerra el muchacho. Una vez comprobado que el barbado y casi anciano ciclista tiene "papeles en regla", me dice que como excepción me permite el acceso al baño. Le respondo que no lo comprometeré y usaré el monte para esos menesteres... ¿ que poder tienen las gorras que transforman a los individuos en insoportables prepotentes?. Masticando bronca sigo mi pedaleada y al parar para beber y comer algo, para una camioneta que arrastra un remolque con un bote. Se trata de un grupo de amigos que van de excursión de caza y pesca. Me llevan hasta Laguna Blanca... risas y charla. Me vuelve la alegría al cuerpo.

 Ahora sí que es llanura. Estoy en la región geográfica denominada Chaco. Bordean la ruta montes bajos o palmerales. Mas al oeste aparecerán los "bañados", grandes extensiones de agua de escasa profundidad
 Desde Laguna Blanca, pedalee hasta El Espinillo, donde dormí una siesta para evitar las altas temperaturas. Me brindaron el lugar los integrantes de una familia que regentea un restaurante y habitaciones. Al verme en el suelo sobre mi colchoneta, me ofrecieron una habitación con aire acondicionado de manera gratuita. Agradecí la oferta pero seguí bajo el gran árbol hasta las 6 de la tarde, hora en la que arranqué en dirección a Misión Tacaaglé. Los 20kms eran casi 30 y llegue casi de noche. En el pequeño pueblo mi presencia fue una novedad y recibí varios pedidos para fotografiarme junto a la bici.... al llegar a un hotelito, encontré en la puerta a esta muchachada... se los veé bien robustos. Totalicé 145 kms haciendo la jornada más larga del viaje.
 Otro amanecer pedaleando. Fresca mañana de domingo y nadie en la ruta
 Más tarde y después de pasar Villa General Belgrano, donde desayuné, encontré parado en la banquina un pequeño camión. Algunos de sus ocupantes se habían bajado a perseguir a un guazuncho que cruzó la ruta. Cargaron mi máquina y me llevaron hasta General Güemes, pero antes hicimos un alto para obtener carnadas en una laguna. Me reí con sus bromas, aunque hablaban en guaraní... la alegría no tiene idiomas.

 Cuando ya salíamos, pasamos frente a la casa de un poblador y todos se agruparon frente a los chanchos (cerdos).. desde unos 50 metros saqué esta foto sin saber que pasaba.
 Al llegar al camión uno de los "excursionistas" traía este lechón... ya tenian el asado listo.
 Y así llegué a Gral. Güemes... eran las 10 de la mañana, podría llegar a Ibarreta... busque donde comer algo y arranqué con rumbo sur, pero la rueda trasera tenia un pinchazo.
Paré en una estación de servicio a reparar la rueda y encontré un joven amigo. Se trata de Horacio, con 8 años y una soltura e inteligencia notables.... Un abrazo amigo y saludos a Cristian

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