Entré a Paraguay por Ciudad del Este.... un caos de tránsito, cambistas, vendedores ambulantes y mucha, pero mucha gente... el guaraní suena incomprensible, pero entiendo que me llaman Bin Laden... voy a tener que recortarme la barba
Mientras ruedo tratando de sumar kilómetros antes de que apriete el calor, alguien me grita "hay que parar a descansar" y eso hago. Charlo media hora con el policía y sus acompañantes y otra vez a transpirar.
Formar vencedores implica dejar muchos vencidos en el camino... poco cristiano el mensaje... sonaría mejor "formando hombres mejores"... hay hay hay hermanitos adventistas, estan meando fuera de la lata
Cristina y Luis, padres de Silvia, mis anfitriones warmshawer en Asunción. Gente encantadora, hospitalaria en grado superlativo... gracias Cristina por hacerme sentir tan bien. Además de Silvia, hay otras seis hijas las que aportaron lo suyo para hacer gratos los dos días que me demoré en la capital paraguaya. Lamentablemente mi cámara sufrió un golpe y estuvo dos días fuera de juego, por eso no hay fotos de mis visitas al centro de la ciudad.
Mila me recibió con ladridos interminables, pero finalmente fuimos amigos
Saliendo de Asunción, rumbo a la frontera atravesé el río Paraguay... inmenso, imponente.. como todos los que conforman esta gran cuenca amazónica.Ya estoy saliendo de este país de gente sencilla y amable, con una lengua que suena muy suave y se mantiene desde antes de la conquista. Lamentablemente el nivel de corrupción política es altísimo y tristemente evidente y ha transmitido al pueblo la aceptación de estas conductas como normales.
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